miércoles, 18 de enero de 2012

Apuesta por el Crowdsourcing.

Encontrar y retener talento es uno de los desafíos más grandes para el dueño de una compañía. Sobre todo cuando los retos por delante son muchos, el presupuesto es pequeño o la innovación se convierte en un factor urgente de diferenciación frente a la competencia. A veces, la solución está en el outsourcing, es decir, en contratar los servicios de terceros. La tuya podría estar en el crowdsourcing, una tendencia que está ganando fuerza en Estados Unidos y Europa a través de las redes sociales.

¿De qué se trata? De dialogar con los seguidores de una marca para que suministren alternativas creativas ante problemas reales de la empresa, a cambio de una recompensa. Lo mejor: el costo no sólo es bajo, sino en ocasiones hasta gratuito, y con mercadotecnia responsable añadida.

¿Cómo funciona? A través de una invitación abierta a una amplia comunidad para resolver un problema o proponer una innovación, ya sea a través de la competencia o la colaboración a través de blogs, wikis (grupos cooperativos) y redes sociales. Por ejemplo, una empresa puede invitar a diseñadores a concursar por el nuevo logo de un producto o un comercial.

Esta herramienta conduce a una nueva manera de concebir las relaciones entre un negocio y su personal. “La oportunidad de fortalecer el reconocimiento de una marca que se siente como propia o hasta de generar ingresos a partir de actividades extra curriculares son el principal motivo para que la gente participe en este tipo de iniciativas”, explica Ulises Vázquez, CEO de Matomy Adsmarket México (www.matomy.com), una consultora que vende soluciones de marketing afiliado.

Otro factor a tomar en cuenta es el talento que está disponible “allá afuera”. Hasta julio pasado, el grupo de trabajadores que se encuentran laborando de manera independiente y sin contrato fue de 14.3 millones, un 4.3% más que el año pasado, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Inegi.

De hecho, el ambiente laboral en México destaca por su alta movilidad entre empresas de los empleados, aunque esta tendencia tiende a mejorar en fechas recientes, según arroja la Encuesta de Condiciones de Contratación Colectiva de AON Hewitt. El documento registra que el índice de rotación fue de 13.80% en 2009, del 10.30% en 2010 y descendió a 9.27% en 2011. La rotación más alta se presenta en la zona sureste del Golfo de México, con 18%, y la más baja en el norte del país, con 3.4 por ciento.

Una oportunidad para miles

Los dos modelos clásicos de contratación son conocidos. El insourcing es el método tradicional: contratar fuerza de trabajo que formará parte de la empresa con responsabilidades y derechos mutuos. El outsourcing es la contratación de servicios profesionales para cumplir con tareas que los empleados no pueden desempeñar por falta de tiempo o capacitación (un ejemplo de este modelo es el del habitual freelance) o al que se recurre incluso por un tema financiero.

Al crowdsourcing se le ha denominado de diversas maneras según su finalidad: fansourcing (cuando se llama a los seguidores de una marca para solucionar un asunto, como la campaña Crash the Super Bowl de Doritos – www.crashthesuperbowl.com–), crowdcasting (selección a partir de una gran prueba sin límite de personas), open sourcing (colaboración abierta a quienes gusten participar de una actividad empresarial), mass collaboration (participación masiva de especialistas o mercado para solucionar un asunto, como la campaña Mejoremos Domino’s) y hasta wikinomics (economía de colaboración entre grupos humanos, como Wikipedia).

Aunque no es una forma de operación que sirva para resolver todos los procesos empresariales, tiene una eficacia en términos de calidad y cantidad de facilidades para tu negocio. “En el crowdsourcing, tú mismo eres el que tiene que determinar una serie de reglas y procedimientos que faciliten que la masa de colaboradores pueda trabajar para ti, y por otro lado tienes que hacerlo poco complicado para que tenga un atractivo o una motivación que te ayude a hacer algo”, explica Vázquez.

Al contar con un grupo muy grande de personas que trabaje en la solución, se espera que ésta sea mejor por ser una colaboración voluntaria de profesionales, interesados en trabajar en ella por gusto laboral y satisfacción personal. “En busca de un plus en su carrera, ponen a disposición de otros sus habilidades en el campo”, explica el experto.

Además, esta herramienta sirve para evaluar dos cosas: tu capacidad de convocatoria –que te dará una idea de la lealtad de tus clientes hacia tu marca– y cómo te perciben tus consumidores. Del mismo modo, te sirve para conseguir dos resultados en términos de mercadotecnia: colocar la marca –al llamar a concurso y ofrecer premios e incentivos por participar– y ajustar tu producto al mercado –al permitirles que opinen acerca de sus virtudes y lo que se espera de él–. “Es como tener un focus group y un personal operativo al mismo tiempo”, explica el CEO de Matomy

Apuesta por el talento

Una forma de concebir mal el crowdsourcing es solicitar a los seguidores de la marca que diseñen los servicios de una empresa. “Eso es arriesgarse a que lo que uno vende quede expuesto a evaluaciones precarias, sin estudios avanzados y profesionales”, explica Vázquez. “Pero en materia de marketing y publicidad, es quizá una de las formas más efectivas de resolver”, concluye.

Por eso, si vas a usar este modelo, procura aplicarlo a los campos respectivos. En resumen, los beneficios que se obtienen de este método de trabajo son los siguientes:

- Conecta a los negocios con sus audiencias y consumidores con una participación directa, clara y beneficiosa para ambas partes.
- Una vez que el producto se ha lanzado para que la “multitud” interactúe con él –lo pruebe, lo nombre, le asigne un valor en el mercado, diseñe su imagen, etc.–, automáticamente se somete al mercado.
- La solución o el producto desarrollado puede ser mucho más preciso que si se contrata un outsourcing, ya que es desarrollado por un segmento profesional y capacitado de los consumidores, que se someten a competición y colaboración, vigilados por especialistas de la empresa.
- Depende por completo de la iniciativa de la comunidad que trabaja de modo independiente, manteniendo al mínimo la administración y los costos.
- Brinda la posibilidad al profesionista amateur de competir al mismo nivel de un profesionista con trayectoria, lo que significa que basta con desarrollar una idea con alta calidad para obtener el premio o ser escuchado por las compañías.
- Crea oportunidades para innovadores emergentes o desconocidos, así como para diseñadores, profesionistas y creativos. Ellos pueden colocarse como líderes de opinión en un mercado o disciplina, mientras la empresa se transforma en una plataforma de impulso al talento y gana prestigio por esta actividad.

fuente: Marco Antúnez

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