martes, 16 de agosto de 2011

Akio Morita y su Visión.

Sin dudas Akio Morita (Fundador de Sony) fue un hombre de negocios talentoso y con una visión global del mundo empresarial única. Sus ideales no estaban relacionados sólo al ámbito de su poderosa empresa sino que abarcaron al planeta en su totalidad.
Conceptos de Akio Morita de su autobiografía “Made In Japan” (1986):
“…En aquel momento me parecía que con dos tercios de la población mundial viviendo en un nivel económico muy bajo, el mundo desarrollado tenía la responsabilidad y la oportunidad de ayudar a que toda esa gente ascendiera a una esfera económicamente más elevada, lo que sería de provecho para todos.

Después de todo, el pueblo de los países en desarrollo tiene derecho de gozar los beneficios de una civilización evolucionada, de mejores alimentos, vestimentas, educación y entretenimientos, pero los que estamos en el mundo desarrollado no hemos hecho lo suficiente para ayudarlos. Esta es una actitud miope de nuestra parte, porque esa gente representa nuestro futuro poderío, nuestros coproductores y clientes.

Me viene a la memoria el cuento de los dos vendedores de zapatos que visitaron un país subdesarrollado: uno le mandó este telegrama a su compañía: NO HAY PERSPECTIVA DE VENTA PORQUE NADIE USA ZAPATOS AQUÍ. El otro vendedor envió este telegrama: ENVIEN EXISTENCIAS DE INMEDIATO HABITANTES DESCALZOS NECESITAN ZAPATOS DESESPERADAMENTE. Nos parecemos demasiado al primer vendedor y no hemos progresado en esta necesidad de ayudar al Tercer Mundo…”

“…En el Japón somos los herederos de una tradición cultural y de una filosofía agraria, que incluye la naturaleza y el cambio de estación.

Quizá sea debido a esto que no somos un pueblo precipitado. Tenemos miles de años de historia y tradición y esa es la razón de que no nos guste cuando un país tan joven -aunque grandioso- como Estados Unidos nos trate como recién llegados. Tenemos un proverbio que dice que todo cambia al cabo de setente días, lo que nos aconseja no ser precipitados, no extralimitarnos en la respuesta, no reaccionar con demasiada prontitud: tiene que haber un término medio entre los dos enfoques, el demasiado apresurado y el demasiado lento”.

“…El otro día oí un chiste respecto de un norteamericano y de un japonés que estaban caminando juntos por la jungla, cuando vieron que un león hambriento corría hacia ellos. De inmediato, el japonés se sentó y empezó a calzarse sus zapatillas de carrera”.

“—Si piensas que puedes correr más rápido que un león hambriento, —se mofó el norteamericano— eres un tonto.”

“—No tengo que correr más rápido que ese león hambriento: —dijo el japonés— ¡sólo tengo que correr más rápido que tú!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario