Un visionario, así es como definen los principales actores empresariales de la actualidad a Henry Ford.
No obstante la filosofía del empresario estadounidense es poco aplicable en la actualidad, debido a su visión mecanicista, Ford ha sido uno de los personajes más referenciados en un sinnúmero de libros que tratan de la mejora en prácticas corporativas.
Henry Ford fue uno de los primeros impulsores de la fabricación en serie; esto le permitió ser visto como uno de los grandes innovadores de todos los tiempos.
Posiblemente, la frase más citada de Ford es: "Construiré un automóvil para la multitud; su precio será tan bajo que todos los hombres con buen sueldo podrán tener uno y disfrutar con su familia la bendición de horas de placer en los grandes espacios abiertos de Dios. Cuando haya terminado, todo el mundo podrá comprarlo y todos tendrán uno".
Su mente innovadora se refleja en ideas como: "El caballo desaparecerá de nuestras carreteras; el automóvil se dará por sentado y emplearemos una gran cantidad de hombres, y les daremos un buen sueldo".
Ford creía firmemente en el poder de la innovación; por ello generaba espacios en sus instalaciones para que sus trabajadores pudieran generar nuevas ideas que se tradujeran en mayores beneficios para la organización.
Cuentan los libros de management que Ford contrató a un consultor para que revisara el rendimiento de su empresa. El experto se mostró muy complacido con todo el funcionamiento de la compañía y de sus empleados en particular, excepto uno.
En el momento de brindar el informe se dirigió a Ford en estas palabras respecto de ese individuo: en ese despacho hay un holgazán que está desaprovechando el dinero que la compañía invierte en él. Toda vez que pasé por su oficina lo he encontrado sentado y con los pies en el escritorio. Henry Ford. replicó: "ese hombre tuvo una vez una idea que nos ahorró millones de dólares y da la casualidad que en el momento que se le ocurrió, estaba sentado con los pies en el escritorio".
Para luchar contra eso, cuentan los libros que Ford dirigía sus nuevas operaciones siempre con hombres que no tenían conocimiento previo en las materias y, por lo tanto, no habían tenido oportunidad de ponerse en términos familiares con lo imposible.
"Convocamos a expertos técnicos para apoyar cada vez que su ayuda parece necesaria, pero un técnico nunca dirige una operación", aseguraba.
Asimismo, daba espacio para la sucesión, pero no por un tema de oportunidades, sino porque, a su parecer, mientras más éxito tenga una persona con un paradigma particular, más difícil es que lo deje ir cuando ya no se pueda aplicar.
¿Será cierto? Más allá de su certeza en sus postulados, a Ford le funcionaron.
Para muchos pudo parecer un loco, sin embargo su genialidad se caracterizó por un fuerte poder creativo. Además, Ford desarrolló la capacidad de contar con una gran visión, que le permitió ver más allá de su presente.
fuente: Altonivel
No obstante la filosofía del empresario estadounidense es poco aplicable en la actualidad, debido a su visión mecanicista, Ford ha sido uno de los personajes más referenciados en un sinnúmero de libros que tratan de la mejora en prácticas corporativas.
Henry Ford fue uno de los primeros impulsores de la fabricación en serie; esto le permitió ser visto como uno de los grandes innovadores de todos los tiempos.
Posiblemente, la frase más citada de Ford es: "Construiré un automóvil para la multitud; su precio será tan bajo que todos los hombres con buen sueldo podrán tener uno y disfrutar con su familia la bendición de horas de placer en los grandes espacios abiertos de Dios. Cuando haya terminado, todo el mundo podrá comprarlo y todos tendrán uno".
Su mente innovadora se refleja en ideas como: "El caballo desaparecerá de nuestras carreteras; el automóvil se dará por sentado y emplearemos una gran cantidad de hombres, y les daremos un buen sueldo".
Ford creía firmemente en el poder de la innovación; por ello generaba espacios en sus instalaciones para que sus trabajadores pudieran generar nuevas ideas que se tradujeran en mayores beneficios para la organización.
Cuentan los libros de management que Ford contrató a un consultor para que revisara el rendimiento de su empresa. El experto se mostró muy complacido con todo el funcionamiento de la compañía y de sus empleados en particular, excepto uno.
En el momento de brindar el informe se dirigió a Ford en estas palabras respecto de ese individuo: en ese despacho hay un holgazán que está desaprovechando el dinero que la compañía invierte en él. Toda vez que pasé por su oficina lo he encontrado sentado y con los pies en el escritorio. Henry Ford. replicó: "ese hombre tuvo una vez una idea que nos ahorró millones de dólares y da la casualidad que en el momento que se le ocurrió, estaba sentado con los pies en el escritorio".
Innovación en su máximo nivel
Según Ford, la tradición es un elemento que va en contra del crecimiento de una empresa, pues no permite salirse de los márgenes establecidos y, por tanto, limita la capacidad de las personas.Para luchar contra eso, cuentan los libros que Ford dirigía sus nuevas operaciones siempre con hombres que no tenían conocimiento previo en las materias y, por lo tanto, no habían tenido oportunidad de ponerse en términos familiares con lo imposible.
"Convocamos a expertos técnicos para apoyar cada vez que su ayuda parece necesaria, pero un técnico nunca dirige una operación", aseguraba.
Asimismo, daba espacio para la sucesión, pero no por un tema de oportunidades, sino porque, a su parecer, mientras más éxito tenga una persona con un paradigma particular, más difícil es que lo deje ir cuando ya no se pueda aplicar.
¿Será cierto? Más allá de su certeza en sus postulados, a Ford le funcionaron.
Para muchos pudo parecer un loco, sin embargo su genialidad se caracterizó por un fuerte poder creativo. Además, Ford desarrolló la capacidad de contar con una gran visión, que le permitió ver más allá de su presente.
fuente: Altonivel
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