Hace algún tiempo me encontraba laborando como head hunter en Venezuela, fueron algunos años de aprendizajes y ricas experiencias que hoy en día me enorgullecen, ser un caza talentos es un tema que aunque parezca sencillo engloba mucha responsabilidad, dedicación, observación y análisis, cualidades que se convierten en habilidades gracias a la experiencia con el paso de los años.
Seis años me bastaron para conocer de cerca esta labor que con tanto entusiasmo le recomiendo a todos mis colegas, si bien es de suma importancia la parte instruccional de cada reclutador, considero que son aun mas importantes características tales como la observación y la intuición, con el tiempo aprendemos a identificar las cualidades de cada candidato con solo una entrevista.
Reclutar es sin duda alguna un arte que apasiona a todo aquel que se deje caer en sus redes, día a día nos encontramos en la búsqueda del mejor talento, aquel que posea las aptitudes y actitudes para llevar a cabo las responsabilidades delegadas por un puesto de trabajo, existen muchos tipos de talentos, están aquellos que viven en la búsqueda incansable de una mejor remuneración u oportunidad y van saltando de un empleo a otro buscando una mejor calidad de vida, por otra parte encontramos aquellos que manejan la filosofía de la satisfacción y la pasión por lo que hacen, aquellos que conocen exactamente cual es su talento y una vez que lo afloran o explotan llegan a amarlo de tal manera que no desean dejar de trabajar nunca, también encontramos aquellos que laboran por obligación los que siempre están desmotivados aquellos que nadie puede satisfacer.
Si bien es cierto en Venezuela vivimos momentos de crisis y contamos con altos índices de desempleo, como ya sabemos esto es un problema de índole mundial ya que no solo en Latinoamérica contamos con altas tasas de desempleo, desafortunadamente Europa y América del Norte no escapan a esta realidad.
Gracias a estos cambios que hemos venido viviendo en materia de empleo, hemos tenido que adaptarnos siendo más exigentes y desarrollando para nuestro beneficio cualidades increíbles, agudeza y grandes destrezas que nos permitan realizar la selección más acertada y productiva, por supuesto que necesitamos del conocimiento y los libros pero este fenómeno llamado desempleo nos ha llevado al límite, si antes evaluábamos 10 personas para un cargo ahora podemos llegar a un numero de 50 o más!!, todos con estudios mínimo de tercer o cuarto nivel, experiencia laboral comprobable y todos los cursos que existan en su haber.
Por otra parte, en la actualidad contamos con herramientas tales como las redes y el acceso a los portales de empleo que sin duda facilitan la ubicación de talentos, dichas redes aportan un sinfín de opciones que nos permiten evaluar candidatos de manera rápida y eficiente por supuesto en la fase inicial o preselección.
Considerando los beneficios es necesario también tomar en cuenta el lado no tan positivo que la web nos ofrece, los reclutadores hemos tenido que desarrollarnos como lectores fugases ya que por cada vacante que publicamos en los famosos portales, podemos llegar a recibir diariamente un total de hasta 250 hojas de vida, y no estoy siendo exagerada!!!!, de los cuales nos pueden llegar a ser útiles para la vacante en cuestión un 3% del total de los resúmenes recibidos, lo que demanda por parte del evaluador una gran inversión de tiempo para dedicarle el análisis merecido a los mismos.
El colectivo a su vez esta más preocupado por instruirse por llegar a ser el mejor y sin duda este fenómeno ha despertado una sed insaciable de conocimiento y mejora en cada uno de nosotros, ya que para nadie es un secreto que el mercado laboral es cada día mas competitivo y reñido, debemos contar con las mejores herramientas para poder destacarnos y sobresalir en este mar de sana competencia.
Es por ello que los reclutadores de hoy en día podemos fácilmente compararnos con Súper Héroes, aunque suene cómico, toda esta crisis en la que nos hemos visto envueltos en materia de desempleo y tomando en cuenta el desarrollo y competencias del colectivo, simplemente nos ha obligado a adaptarnos y desarrollarnos como profesionales integrales. Hemos aprendido a ser los mejores cazadores de la historia, nosotros somos la generación que proporciona las soluciones y el desarrollo de cada organización ya que es nuestra responsabilidad reclutar el motor principal “LA GENTE”, el talento es ilimitado y cada día nos sorprende alguna innovación y allí estamos para adaptarnos y asumir los nuevos retos.
Resulta una fortuna ser reclutador ya que de cada vacante vamos absorbiendo experiencias que se transforman en conocimientos, es por ello que el reclutar lo defino como pasión y arte.
Columnista Invitada a SoyFranquicia: Dayana Mendoza