Hacer las cosas simplemente no es suficiente.
Conocer tus objetivos, saber hacia donde vas y cómo llegar ahí es lo que verdaderamente cuenta.
Pero muchos directores de empresas y líderes ejecutivos pasan mucho tiempo “en acción”, en vez de “pensando” claramente cuáles son sus metas y cómo llegar a ellas.
Y esto es el primer reto que debes enfrentar.
Pero enfocarte y tener en mente el panorama completo no sólo se trata de administrar bien tu tiempo, también implica administrar tu “itinerario mental”.
Si eres un ejecutivo que está a punto de iniciar su negocio o ya lo iniciaste y te sientes abrumado por cómo ser un buen líder, te entregamos estos consejos que te ayudarán a que la cantidad de trabajo no te provoque estrés y sepas cómo tomar con responsabilidad el mando de una empresa.
Igualmente si la empresa no es tuya pero ocupas un puesto directivo, debes conocer estos consejos:
APRENDE A DELEGAR.
Para muchos directivos el obstáculo más grande que deben vencer es dejar de asumir todas las responsabilidades y no delegar.
Para lograr una dirección efectiva debes aprender a decir no a tareas administrativas, juntas innecesarias, y comenzar a pedir ayuda de tu equipo cada vez que la necesites.
Para poder sentirte con toda la confianza de delegar, tienes que construir un equipo robusto. De esta manera, podrás mirar desde fuera y con un ángulo más amplio, para detectar las fortalezas y debilidades de la empresa y así establecer nuevas estrategias.
ENFOCA TU MENTE Y NO TE DISTRAIGAS.
Una recomendación para llegar a este estado claridad mental es hacer ejercicios de respiración. Destina 5 minutos diarios antes de comenzar tu jornada para sentarte y respirar concentrándote sólo en ello.
Los líderes que poseen una claridad mental pueden actuar de manera más creativa y aprenden a desarrollar habilidades nuevas más rápido. Además ayuda a reaccionar de modo positivo ante la ansiedad y el estrés, e incentiva a involucrarse activamente en nuevos retos personales.
FILTRA TUS IDEAS.
¿Recuerdas la última vez que tuviste una gran idea? ¿Surgió cuando te encontrabas bajo una gran presión y no supiste cómo desarrollarla o llevarla a la práctica? Si esto te sucede a menudo, debes comenzar a llevar un registro donde anotes todas las ideas que lleguen a ti espontáneamente. Luego acude con un grupo de expertos o consejeros que te ayuden a desarrollarlas.
DALE CLARIDAD A TU MENSAJE.
Ganar la mitad de la batalla en cuanto a pensamiento estratégico es esclarecer hacia donde quieres llevar tu negocio o el proyecto que lideras en una empresa. Y no se trata de tener un objetivo descomunal, sino de alinearlo con las capacidades de tu equipo.
Intenta comunicar a tus colegas lo que tienes en mente y pídeles que te den retroalimentación y úsala para tener más claro lo que deseas lograr. Cuando lo tengas resuelto vuelve a comunicar a tu gente el mensaje final.
NO DEJES DE HACER AJUSTES.
Además de ser clara, una estrategia debe ser efectiva. Si te das cuenta que tu sistema de acción no está funcionando o no se ajusta a los recursos con los que cuentas, no temas cambiar el curso de tu plan.
Por otro lado, aprende de los errores para tener mucho más claro qué es lo que quieres y qué es lo que no debes hacer.
fuente:altonivel
Conocer tus objetivos, saber hacia donde vas y cómo llegar ahí es lo que verdaderamente cuenta.
Pero muchos directores de empresas y líderes ejecutivos pasan mucho tiempo “en acción”, en vez de “pensando” claramente cuáles son sus metas y cómo llegar a ellas.
Y esto es el primer reto que debes enfrentar.
Pero enfocarte y tener en mente el panorama completo no sólo se trata de administrar bien tu tiempo, también implica administrar tu “itinerario mental”.
Si eres un ejecutivo que está a punto de iniciar su negocio o ya lo iniciaste y te sientes abrumado por cómo ser un buen líder, te entregamos estos consejos que te ayudarán a que la cantidad de trabajo no te provoque estrés y sepas cómo tomar con responsabilidad el mando de una empresa.
Igualmente si la empresa no es tuya pero ocupas un puesto directivo, debes conocer estos consejos:
APRENDE A DELEGAR.
Para muchos directivos el obstáculo más grande que deben vencer es dejar de asumir todas las responsabilidades y no delegar.
Para lograr una dirección efectiva debes aprender a decir no a tareas administrativas, juntas innecesarias, y comenzar a pedir ayuda de tu equipo cada vez que la necesites.
Para poder sentirte con toda la confianza de delegar, tienes que construir un equipo robusto. De esta manera, podrás mirar desde fuera y con un ángulo más amplio, para detectar las fortalezas y debilidades de la empresa y así establecer nuevas estrategias.
ENFOCA TU MENTE Y NO TE DISTRAIGAS.
Una recomendación para llegar a este estado claridad mental es hacer ejercicios de respiración. Destina 5 minutos diarios antes de comenzar tu jornada para sentarte y respirar concentrándote sólo en ello.
Los líderes que poseen una claridad mental pueden actuar de manera más creativa y aprenden a desarrollar habilidades nuevas más rápido. Además ayuda a reaccionar de modo positivo ante la ansiedad y el estrés, e incentiva a involucrarse activamente en nuevos retos personales.
FILTRA TUS IDEAS.
¿Recuerdas la última vez que tuviste una gran idea? ¿Surgió cuando te encontrabas bajo una gran presión y no supiste cómo desarrollarla o llevarla a la práctica? Si esto te sucede a menudo, debes comenzar a llevar un registro donde anotes todas las ideas que lleguen a ti espontáneamente. Luego acude con un grupo de expertos o consejeros que te ayuden a desarrollarlas.
DALE CLARIDAD A TU MENSAJE.
Ganar la mitad de la batalla en cuanto a pensamiento estratégico es esclarecer hacia donde quieres llevar tu negocio o el proyecto que lideras en una empresa. Y no se trata de tener un objetivo descomunal, sino de alinearlo con las capacidades de tu equipo.
Intenta comunicar a tus colegas lo que tienes en mente y pídeles que te den retroalimentación y úsala para tener más claro lo que deseas lograr. Cuando lo tengas resuelto vuelve a comunicar a tu gente el mensaje final.
NO DEJES DE HACER AJUSTES.
Además de ser clara, una estrategia debe ser efectiva. Si te das cuenta que tu sistema de acción no está funcionando o no se ajusta a los recursos con los que cuentas, no temas cambiar el curso de tu plan.
Por otro lado, aprende de los errores para tener mucho más claro qué es lo que quieres y qué es lo que no debes hacer.
fuente:altonivel
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