En 2011 se registró un tendencia
de crecimiento –que se mantendrá a lo largo de 2012– en categorías no
consideradas de primera necesidad, sino que representan “un gusto” o un antojo para los consumidores y que durante la pasada crisis económica en 2008 y 2009 no presentaron signos positivos.
Así, la compra de postres empacados, leche saborizada, pan dulce (durante la crisis, la compra migró hacia el pan blanco) y colorantes para el cabello ha mostrado un crecimiento de doble dígito. Por lo tanto, una buena alternativa es enfocarse en la venta de productos que satisfagan esos pequeños caprichos.
De acuerdo con una encuesta realizada por la firma especializada en estudios de mercado Nielsen, pasada la parte más álgida de la última crisis, uno de cada seis consumidores están abiertos a la innovación; es decir, están dispuestos a probar nuevos lanzamientos y mejoras en los productos. Lo más importante quizá es que de ese grupo, la mayor parte estaría dispuesta a pagar un precio más alto si el elemento innovador en cuestión le resulta relevante.
Lo anterior llama la atención porque en una época de dificultades económicas, pareciera que la innovación es poco significativa, pues la mayoría de los consumidores están preocupados por obtener artículos básicos, destaca Pablo Iglesias, director de la cuenta de Servicio al Cliente de Nielsen. “Hoy, vemos un mercado más fértil para la innovación”, dice.
¿Qué significa esto? Que ya sea en la práctica o en campo, la innovación puede darse como la generación de productos más saludables, empaques más convenientes y prácticos, o el lanzamiento de nuevos sabores.
Es destacable que mientras en 2008 y 2009 las principales preocupaciones del público fueron el desempleo y la economía, respectivamente, en 2010 y este año, ese lugar lo ocupó la inseguridad.
Esta angustia afecta los hábitos de consumo: la gente prefiere comprar en sitios donde se siente más seguro, como los centros comerciales, y está planeando más sus compras para salir con menos frecuencia, sobre todo, en la región norte del país.
Además, uno de cada cinco encuestados dijo que saldrá menos a la calle a divertirse, dando una señal favorable a categorías como venta de licores en autoservicios para que el público compre para su consumo en casa.
La tendencia hacia el aislamiento no se revertirá en el corto plazo y podría impulsar el servicio de entrega de alimentos y bebidas a domicilio que ya ofrecen algunos minoristas. También se abre la oportunidad para empresas de entretenimiento que llevan todo lo necesario para que los clientes se diviertan en la comodidad de su hogar.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), los equipos más usados por los cibernautas para conectarse a la Web son todavía las PCs y laptops, seguidos por los dispositivos móviles.
En su último estudio de hábitos de usuarios reportó que el 26% de los entrevistados se conecta a Internet a través de smartphones o teléfonos inteligentes. Y la perspectiva es que la cifra crezca: no hay que olvidar que existen unos 6.5 teléfonos móviles con posibilidad de conectarse al ciberespacio por cada computadora personal con la misma función.
En el país hay 14 millones de internautas mayores de edad que visitan portales bancarios y 4.4 millones de clientes activos de la banca en línea. La realización de estas actividades migrará hacia el celular, que asimismo se convertirá en un medio de pago cotidiano que hará las veces de una tarjeta bancaria. Esto debido a que “el factor movilidad representa un beneficio para el usuario”, señala Carlos López, gerente de Banca Móvil de la consultora Praxis.
La movilidad también alcanzará otras esferas del mundo virtual. Según César Martínez, director de Bisnet –una división de la consultora Praxis especializada en marketing móvil y servicios para Pymes–, México reportó el mayor crecimiento a nivel mundial en acceso a redes sociales desde dispositivos móviles durante los primeros tres meses de 2011.
Por lo tanto, la incursión a alguna red social se extiende al 61% de los usuarios de Internet. En un estudio realizado por la Amipci, el 26% de los entrevistados dijo que usa estos medios para comprar productos o servicios y la misma proporción lo hace para realizar un seguimiento de ofertas comerciales.
fuente: Jorge Villalobos
Así, la compra de postres empacados, leche saborizada, pan dulce (durante la crisis, la compra migró hacia el pan blanco) y colorantes para el cabello ha mostrado un crecimiento de doble dígito. Por lo tanto, una buena alternativa es enfocarse en la venta de productos que satisfagan esos pequeños caprichos.
Vía libre para innovar
Por otro lado, mientras todavía en 2010 la competencia en precio fue el principal elemento usado por las compañías de consumo para pelear por la preferencia del público, en 2011 el consumidor se mostró más dispuesto a gastar y también confirmó que está ávido de novedades.De acuerdo con una encuesta realizada por la firma especializada en estudios de mercado Nielsen, pasada la parte más álgida de la última crisis, uno de cada seis consumidores están abiertos a la innovación; es decir, están dispuestos a probar nuevos lanzamientos y mejoras en los productos. Lo más importante quizá es que de ese grupo, la mayor parte estaría dispuesta a pagar un precio más alto si el elemento innovador en cuestión le resulta relevante.
Lo anterior llama la atención porque en una época de dificultades económicas, pareciera que la innovación es poco significativa, pues la mayoría de los consumidores están preocupados por obtener artículos básicos, destaca Pablo Iglesias, director de la cuenta de Servicio al Cliente de Nielsen. “Hoy, vemos un mercado más fértil para la innovación”, dice.
¿Qué significa esto? Que ya sea en la práctica o en campo, la innovación puede darse como la generación de productos más saludables, empaques más convenientes y prácticos, o el lanzamiento de nuevos sabores.
Menos salidas
El relativo optimismo del consumidor contrasta con su pesimismo frente a la ola de inseguridad que sufre el país. Según estudios de Nielsen, el 82% de los mexicanos piensa que la difícil situación durará más de cinco años.Es destacable que mientras en 2008 y 2009 las principales preocupaciones del público fueron el desempleo y la economía, respectivamente, en 2010 y este año, ese lugar lo ocupó la inseguridad.
Esta angustia afecta los hábitos de consumo: la gente prefiere comprar en sitios donde se siente más seguro, como los centros comerciales, y está planeando más sus compras para salir con menos frecuencia, sobre todo, en la región norte del país.
Además, uno de cada cinco encuestados dijo que saldrá menos a la calle a divertirse, dando una señal favorable a categorías como venta de licores en autoservicios para que el público compre para su consumo en casa.
La tendencia hacia el aislamiento no se revertirá en el corto plazo y podría impulsar el servicio de entrega de alimentos y bebidas a domicilio que ya ofrecen algunos minoristas. También se abre la oportunidad para empresas de entretenimiento que llevan todo lo necesario para que los clientes se diviertan en la comodidad de su hogar.
Consumidor digital
Por otra parte, en el segmento poblacional que usa Internet para consumir entretenimiento, socializar, hacer com-}pras y utilizar servicios bancarios (unos 35 millones de personas), el gran cambio será un uso cada vez más extendido del teléfono móvil para realizar estas actividades.De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), los equipos más usados por los cibernautas para conectarse a la Web son todavía las PCs y laptops, seguidos por los dispositivos móviles.
En su último estudio de hábitos de usuarios reportó que el 26% de los entrevistados se conecta a Internet a través de smartphones o teléfonos inteligentes. Y la perspectiva es que la cifra crezca: no hay que olvidar que existen unos 6.5 teléfonos móviles con posibilidad de conectarse al ciberespacio por cada computadora personal con la misma función.
En el país hay 14 millones de internautas mayores de edad que visitan portales bancarios y 4.4 millones de clientes activos de la banca en línea. La realización de estas actividades migrará hacia el celular, que asimismo se convertirá en un medio de pago cotidiano que hará las veces de una tarjeta bancaria. Esto debido a que “el factor movilidad representa un beneficio para el usuario”, señala Carlos López, gerente de Banca Móvil de la consultora Praxis.
La movilidad también alcanzará otras esferas del mundo virtual. Según César Martínez, director de Bisnet –una división de la consultora Praxis especializada en marketing móvil y servicios para Pymes–, México reportó el mayor crecimiento a nivel mundial en acceso a redes sociales desde dispositivos móviles durante los primeros tres meses de 2011.
Por lo tanto, la incursión a alguna red social se extiende al 61% de los usuarios de Internet. En un estudio realizado por la Amipci, el 26% de los entrevistados dijo que usa estos medios para comprar productos o servicios y la misma proporción lo hace para realizar un seguimiento de ofertas comerciales.
fuente: Jorge Villalobos
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